De donde vengo los aromas son un misterio,
la roca se abre ──de la flor es tiempo──
la vieja montaña pare corazones que absorben
la savia del árbol que ambiguo se extiende
al azul del cielo,
y aves extintas retoman el canto del destino alado;
en compás incierto la oruga en capullo de amarillo intenso,
descubre sus alas al pie del pantano.
A donde voy llevo todo esto, en una bolsita
que amarro a mi pecho con nudos de luz de trece colores
y cuatro razones que me recuerdan quien soy,
cuando me pierdo.
Dago
El paraíso ahora: Saúl Gómez (Gráfito sobre papel)
